Los entrenadores y el personal médico pueden utilizar los datos para saber cuándo interrumpir los entrenamientos, hacer descansar a los jugadores y tratar aspectos como los desequilibrios musculares. Los entrenadores y directivos también pueden hacer un seguimiento de los datos históricos de un jugador, lo que permite prevenir lesiones con conocimiento de causa e identificar limitaciones en el rendimiento.
Además, los dispositivos inteligentes en zapatillas, protectores bucales, cascos y otros wearables permiten identificar movimientos corporales exactos y escenarios de rendimiento en los que la seguridad podría ser un problema. Cuando se produce una lesión -y esto es deporte, al fin y al cabo, donde las lesiones forman parte del juego-, IoT puede desempeñar un papel en el proceso de rehabilitación mediante el uso de datos personalizados que ayuden al personal médico a optimizar los planes de recuperación.
Mejora de la experiencia del aficionado
Los recintos deportivos están cada vez más equipados con dispositivos y aplicaciones IoT, lo que los convierte en estadios inteligentes que responden a las necesidades de los aficionados y aumentan su participación.
Un estadio inteligente puede utilizar datos en tiempo real en carteles digitales o a través de aplicaciones móviles para avisar a los aficionados de dónde pueden encontrar colas cortas para acceder a los puestos de comida y los aseos, así como aparcamiento disponible, mejoras de asiento y ofertas in situ. Los aficionados pueden incluso pedir refrescos a través de aplicaciones y recibir alertas cuando su pedido esté listo.
Los despliegues de IoT mejoran la eficiencia operativa en los recintos deportivos, como el uso optimizado de la energía, gracias a la supervisión de las temperaturas y la iluminación en todo el recinto y los ajustes necesarios. También se emplea el mantenimiento predictivo, e incluso cosas como la optimización de los horarios de limpieza de los baños contribuyen a mejorar la experiencia de los aficionados.
El uso de cámaras conectadas y drones -vigilancia inteligente- se utiliza para vigilar el comportamiento de los aficionados, controlando cada rincón del estadio y el acceso a las zonas sensibles. El personal del estadio puede dar una respuesta rápida a cualquier problema que pueda surgir. Las soluciones avanzadas pueden utilizar el reconocimiento facial para supervisar el comportamiento de los aficionados.
¡Prepárense para rugir!
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