13 de febrero de 2019

Conseguir un mundo más inteligente requiere tiempo y concentración

Para que el mundo sea más inteligente hay que pensar en grande y empezar por lo pequeño

En Tele2 IoT nos ocupamos de orquestar un mundo más inteligente porque creemos que un mundo más inteligente es un mundo mejor. El mundo será realmente inteligente cuando el acceso a información antes inaccesible y aparentemente inconexa se utilice para dar respuesta a necesidades conocidas y desconocidas.

Nuestros clientes y socios también están muy ocupados desarrollando, lanzando y explotando soluciones IoT que son las que hacen posible este mundo más inteligente, formado por un montón de conceptos "inteligentes", como casas inteligentes, edificios inteligentes, ciudades inteligentes, etc.

Pero, ¿quizá nos estamos esforzando demasiado por ser inteligentes a gran escala? Dos noticias de la semana anterior nos recuerdan la necesidad de "pensar a lo grande, empezar poco a poco". Por un lado, nos enteramos de que el Gobierno sueco ha decidido que en tres años se implantará un sistema nacional de expedición de billetes para el transporte público. Por otro lado, esa misma semana nos enteramos de que el sistema nacional de gestión del tráfico ferroviario, que debía estar terminado este año, se retrasará otros once (¡11!) años. Mientras que el segundo supone la sustitución de tres sistemas actuales, el primero supone que más de 20 empresas públicas y privadas de transporte público regional lleguen a una solución técnica y una estructura de precios que funcione en todas las regiones y modos de transporte.

Una y otra vez vemos que los proyectos de IoT que se centran en mejorar la eficiencia y la productividad de los procesos existentes en un entorno bien definido y controlado tienen más éxito que los que intentan hacer realidad una gran visión de algo completamente nuevo para generar ingresos desconocidos.

Aun así, para poder alcanzar esa gran visión hay que pensar en el futuro cuando se empieza por lo pequeño. Para conseguir una ciudad inteligente hay que tener edificios inteligentes. Para que los edificios sean inteligentes es necesario que los sistemas y las personas interactúen dentro del edificio. En todas las capas de la pirámide de la inteligencia deben aplicarse los principios de datos compartibles y plataformas que permitan la comunicación entre sistemas funcionales. Los mismos principios que pueden verse en una red celular estandarizada y en un smartphone con su ecosistema de aplicaciones pueden aplicarse en un edificio y una ciudad inteligentes.

Y lo mismo ocurre con el sistema de billetes inteligentes. Adoptando primero una perspectiva local y luego regional, seis propietarios y nueve empresas de transporte público de Estocolmo se han unido y han conseguido que los billetes y los viajes dentro de la región sean fluidos. La base para ello es un acuerdo comercial bien definido sobre principios de cooperación, modelos de negocio y precios dentro de un sistema geográfico y técnico (tren y autobús) claramente definido. A partir de ahí, se ha establecido un sistema de expedición de billetes que puede ampliarse para incluir una geografía más extensa y más operadores de transporte. Queda por ver si se aplicarán los mismos principios para llevar a cabo el plan trienal del Gobierno, pero desde el punto de vista del IoT las enseñanzas deberían ser evidentes.

Para aumentar el alcance de la inteligencia hay que gatear antes de poder andar; hay que asegurarse de que los principios de intercambio de datos son sólidos en un entorno controlado con un número limitado de interesados comerciales y técnicos antes de escalar en cualquier dimensión funcional.

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