El geovallado es una forma innovadora de controlar digitalmente los objetos en lugar de construir vallas físicas. Es fácil comprender que es mucho más flexible, menos costoso y, por supuesto, menos intrusivo en el entorno, y puede utilizarse de muchas formas creativas, como para gestionar el ganado vivo, como lleva haciendo con éxito la empresa Nofence en Noruega desde hace muchos años.
Pero, ¿qué ocurre con la geolocalización de vehículos en entornos urbanos? Aunque la tecnología está disponible desde hace muchos años, los esfuerzos por aplicarla en Suecia aumentaron tras el atentado terrorista de 2017, en el que un camión fue secuestrado y utilizado para matar a cinco personas en una calle exclusiva para peatones. Desde entonces, el Gobierno sueco ha puesto en marcha una serie de actividades para estudiar cómo el geofencing podría mejorar la protección civil, así como reducir el impacto climático y mejorar la eficiencia del transporte en entornos urbanos.
Muchos casos de uso en zonas urbanas
Se han identificado varios casos de uso aplicables que informan o asignan condiciones específicas a los vehículos de una zona geográfica, entre ellos:
- Velocidad: reducción de la velocidad cerca de colegios, hospitales u otras infraestructuras sensibles o reducción dinámica de la velocidad durante obras o accidentes cuando hay muchos usuarios desprotegidos.
- Tren de potencia: cambio de fósil a eléctrico en vehículos híbridos en, por ejemplo, centros urbanos.
- Acceso: controlar por dónde puede circular o aparcar un vehículo, o impedir el paso de vehículos pesados por carreteras con restricciones.
- Información o avisos para hacer un seguimiento de los vehículos, mejorar la conducción ecológica, etc.
No es sólo un deseo: ya está ahí fuera creando valor
En muchas partes del mundo se están llevando a cabo pruebas e iniciativas de geovallas, que ya se utilizan en operaciones comerciales para el nuevo concepto de transporte de última milla: el e-scooter. No se basa en la legislación, sino en negociaciones entre ayuntamientos y proveedores de servicios de e-scooter, pero ha planteado una serie de problemas. Uno de ellos son las imprecisiones inherentes al GPS, mientras que otro es el desfase temporal entre el vehículo y la nube y viceversa. Aquí es donde la latencia en la solución de conectividad IoT es clave a la hora de implementar la geovalla para casos de uso similares.
¿Tenemos una base de referencia? ¿Qué funciona y crea valor?
Horizonte 2020 de la Unión Europea ha financiado un proyecto de iniciativa programática conjunta (IPC) Urban Europe, en el marco de ERA-NET Cofund Urban Accessibility and Connectivity, que ha reunido a socios de Alemania, Noruega, Suecia y Reino Unido. Este proyecto, GeoSence, se centra en soluciones de geovallas para mejorar la gestión y planificación del tráfico urbano y ha presentado un interesante informe titulado "Estado actual de la técnica y descripción de casos de uso de geovallas para la gestión del tráfico". El informe resume los casos de uso actualmente conocidos y las soluciones a cuatro retos de la gestión del tráfico en particular: seguridad, medio ambiente, eficiencia y seguimiento y recopilación de datos. Algunos de los casos de uso responden incluso a varios de estos retos, como la tarificación vial diferenciada y los casos de uso en micromovilidad. ¡Es fantástico!
Una iniciativa concreta es la de la ciudad de Gotemburgo, donde CCTV, la autoridad local de tráfico y Volvo Buses colaboran en un proyecto llamado "Digitaliserade infrastrukturzoner" (Zonas de infraestructura digitalizadas). Se ha desarrollado una plataforma digital que permite crear rápidamente nuevas geozonas que pueden descargarse directamente en los autobuses. El conductor recibe una notificación y el autobús se actualiza para cumplir las nuevas normas de tráfico locales de la zona.
¿Cómo podemos dar los siguientes pasos?
Otra conclusión del informe de GeoSense es que la existencia de normativas o directrices conjuntas para el uso de la geovigilancia en diferentes casos de uso es escasa, con algunas excepciones, mientras que la representación digital de la regulación del tráfico será crucial para permitir la geovigilancia.
Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? A finales de 2021 se publicó el memorándum del Gobierno sueco "The Issue of Responsibility for Automated Driving and New Rules to Promote an Increased Use of Geofencing ", que incluía la sugerencia de permitir a los municipios suecos regular las normas de tráfico locales para, por ejemplo, permitir el acceso de vehículos con capacidades de geovigilancia a zonas que no permiten el tráfico en general. Esto permitirá poner en marcha más iniciativas, ya que simplifica enormemente el proceso de aprobación.
IoT y 5G son parte de la solución
Tanto si se instalan soluciones de geovigilancia en vehículos existentes como si se integran totalmente en vehículos nuevos, está claro que el éxito de la geovigilancia dependerá de una conectividad IoT segura y de alta disponibilidad. En algunos casos, la latencia será importante y requerirá capacidades 5G.
Es estupendo formar parte de una industria que contribuye a soluciones de geovallas que aportan valor sostenible: mejor protección civil, menor impacto climático y mayor eficiencia en el transporte.
Linda Ekener Mägi
Directora de Desarrollo de Negocio
Tele2