Cualquiera que pase tiempo en las ciudades no habrá pasado por alto la creciente popularidad de la micromovilidad (también conocida como movilidad urbana). Los vehículos pequeños y ligeros, como los e-scooters y las e-bikes, ofrecen un transporte asequible, accesible y respetuoso con el medio ambiente, además de rentable, y se consideran la respuesta a las ciudades atascadas y a la contaminación atmosférica urbana. Ernst & Young ha calificado los e-scooters como "el modo de transporte de más rápido crecimiento jamás documentado". De hecho, se espera que el mercado de la micromovilidad disfrute de una CAGR del 16%, pasando de 3.000 millones de dólares en 2019 a 12.000 millones en 2027. Este crecimiento se debe tanto a los cambios en la mentalidad de los consumidores, que ven cada vez más las soluciones de micromovilidad como opciones viables para desplazarse al trabajo, como al propio sector, que está abordando de buen grado algunos de sus problemas más acuciantes, como el aparcamiento. La micromovilidad también está recibiendo el impulso de los urbanistas, que dan prioridad a una mayor sostenibilidad y eficiencia y a la reducción del uso del automóvil dentro de las ciudades.
Entonces, ¿dónde encaja el IoT en el panorama de la micromovilidad? Desde el punto de vista tecnológico, la conectividad celular es una de las claves del éxito de la micromovilidad, ya que es fundamental para gestionar las flotas en crecimiento. Además, el IoT permite a la micromovilidad hacer frente a importantes críticas, como la de los e-scooters tirados en las aceras sin ton ni son. Conectar elementos como los patinetes eléctricos ayuda al sector a saber dónde están sus activos y si funcionan correctamente.
Existen aproximadamente seis sensores IoT diferentes que pueden habilitar y mejorar una solución de micromovilidad:
- Un sensor de estado diagnostica los niveles de batería y las necesidades de mantenimiento
- Un sensor de sonido avisa a los peatones que se acercan demasiado
- Se utiliza un sensor NFC (Near Field Communication) para los pagos y el desbloqueo.
- Un sensor de movimiento detecta vandalismo o impactos
- Un sensor GNSS (Sistema Mundial de Navegación por Satélite) cartografía la ubicación de la flota
- Los sensores de calidad del aire y ruido recopilan datos medioambientales para terceros, como los urbanistas.
La conectividad celular permite a las empresas de micromovilidad optimizar su oferta. Las unidades conectadas y conscientes de la ubicación les permiten mitigar riesgos, como establecer zonas de seguridad para imponer velocidades bajas y recuperar patinetes abandonados. Además, las empresas de micromovilidad pueden contribuir a la planificación de ciudades inteligentes y a la mejora del tránsito mediante la recopilación de datos valiosos que muestran los patrones de tráfico y las tendencias de los desplazamientos en una ciudad.