Gracias a la Internet de los objetos, los modelos de negocio están reconfigurando nuestra forma de hacer negocios desde dentro hacia fuera. Y IoT no solo está estimulando nuevos modelos de negocio, sino que también está mejorando y alterando los ya establecidos.
Muchas empresas seguirán obteniendo importantes ingresos de los modelos de negocio tradicionales, pero en lugar de depender únicamente del modelo de ventas puntuales probado y comprobado, el IoT ha abierto un mundo completamente nuevo y hay varias formas en las que esto está teniendo un impacto transformador y ventajoso en la forma en que hacemos negocios, especialmente cuando se trata de B2B.
Suscripción
Estamos llegando rápidamente a un punto en el que casi todo puede venderse como servicio. Por ejemplo, un fabricante de equipos: con el antiguo modelo de negocio, este tipo de empresa utilizaba su propio dinero o conseguía financiación para fabricar productos que luego vendía a sus clientes. El valor residía únicamente en esa transacción. Cuando esa misma empresa pasa a vender servicios en lugar de productos, todos ganan. Los clientes evitan grandes costes iniciales y adquieren la capacidad de realizar cambios rápidos en respuesta a los cambios del mercado, al tiempo que acceden a un servicio y una asistencia mejorados. Las empresas, por su parte, obtienen flujos de ingresos más constantes y recurrentes.
Compartir activos
El modelo de activos compartidos consiste en vender capacidad adicional al mercado, lo que le permite "vender" su producto habilitado para IoT a muchos clientes. La ventaja para el cliente es que paga un precio reducido y la suya es que puede ampliar su mercado mucho más rápido y, al hacerlo, establecer un flujo de ingresos estable.
Ya estamos viendo cómo se comparten activos en nuestras ciudades y pueblos: coches compartidos, bicicletas urbanas y soluciones de micromovilidad urbana como los e-scooters. La gente ha empezado a preguntarse si necesita hacer una compra grande y cara, como un coche, cuando gran parte del tiempo de ese coche se pasa sin hacer nada, simplemente aparcado en un espacio.
El modelo Razor & Blade
Cuando King Gillette creó este modelo a principios del siglo XX, creó sin darse cuenta uno que se adapta casi perfectamente a IoT. Vender el producto base -en el caso de Gillette, el mango de la maquinilla de afeitar- a un precio extremadamente bajo o incluso regalarlo, y luego vender el producto reemplazable (las cuchillas) con márgenes elevados. El reto surge cuando hay un desfase entre el momento en que se acaba el producto sustituible y el momento en que hay que encargar otros nuevos.