Cómo IoT facilita el ecosistema de los vehículos eléctricos

Antes de entrar en cómo el IoT hace posible el ecosistema de los vehículos eléctricos, echemos un vistazo rápido a los antecedentes: en todo el mundo, la electrificación de los vehículos de carretera está creciendo rápidamente. De hecho, por primera vez, más de la mitad de los compradores de coches afirman que su próxima compra será un modelo eléctrico o híbrido. Este cambio se debe a varios factores, como la preocupación por el medio ambiente y los bajos costes de mantenimiento y funcionamiento, junto con las subvenciones públicas y el apoyo normativo. Se calcula que en 2030 habrá 140 millones de vehículos eléctricos. Sólo en la Unión Europea (UE) hay más de 330.000 puntos de recarga accesibles al público, y la cifra va en aumento, pero el despliegue es desigual.

Entonces, ¿cómo vamos a cargar todos esos coches? Los propietarios de VE quieren y necesitan la misma autonomía, alcance y facilidad de repostaje que han obtenido con los coches tradicionales de inyección de combustible, lo que significa que debemos hacer algo más que instalar más puntos de recarga. Lo que tenemos que hacer es desarrollar una sólida infraestructura de recarga de VE.

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La conexión de todo el ecosistema del vehículo eléctrico facilitará la búsqueda de estaciones de recarga, simplificará los sistemas de pago y ofrecerá diversos servicios de valor añadido.

La conectividad es un componente crucial para el ecosistema del vehículo eléctrico en evolución y el IoT ofrece enormes beneficios a todas las partes interesadas de la cadena de valor, incluidos los conductores de vehículos eléctricos, los operadores de puntos de recarga y los operadores de redes. Para conectar, mantener y gestionar las distintas partes del ecosistema del VE (puntos de recarga, sistemas de pago, localizadores, mantenimiento, etc.) existe una fuerte necesidad de conectividad bidireccional resistente y segura, y no solo en lugares donde la infraestructura por cable no siempre está disponible de forma fácil o inmediata.

Pero el desarrollo del ecosistema del VE plantea retos, como la gestión de la infraestructura, el tratamiento de la experiencia del cliente, la rentabilidad, el mantenimiento, la supervisión, la gestión de la energía y, en última instancia, cómo crear un ecosistema universal que funcione para todos. IoT desempeñará un papel crucial a la hora de aunarlo todo.

Gestión de las estaciones de recarga

Las estaciones de recarga están dispersas geográficamente, lo que dificulta y encarece la gestión "in situ". El IoT permite a los CPO supervisar y gestionar las operaciones de forma remota y resolver problemas con rapidez, ya que ofrece información en tiempo real sobre el uso y el rendimiento de los dispositivos, incluida la disponibilidad de los cargadores, la supervisión de fallos y la resolución de problemas. Además, a medida que aumenta la construcción de estaciones de recarga, los datos sobre los despliegues existentes ayudarán a los operadores a planificar con mayor precisión las ubicaciones de las nuevas estaciones. Los datos también pueden utilizarse para optimizar la utilización de los cargadores, identificar áreas de mejora y realizar un seguimiento de las tendencias a lo largo del tiempo.

Disponibilidad del cargador

Las aplicaciones de recarga de vehículos eléctricos pueden buscar estaciones cercanas, comprobar la disponibilidad y reservar una plaza en el momento necesario, en función de la capacidad de la batería. Las aplicaciones también pueden indicar las tarifas de recarga o aconsejar sobre las horas valle para recargar a menor coste.

Carga inteligente

Incluso en las mejores épocas, las tarifas energéticas varían a lo largo del año. Además, a medida que aumenta la prevalencia de los vehículos eléctricos, es fundamental poder hacer un seguimiento de las estaciones de carga para reducir la carga de la red, ya que si muchas personas cargan su vehículo eléctrico al mismo tiempo, la red puede verse sobrecargada. Mediante el seguimiento y la supervisión de las estaciones de carga con IoT, se obtiene información sobre cómo se están utilizando y cuánta energía se está consumiendo, información que puede utilizarse para regular el flujo de energía, de modo que la red no se sobrecargue. En general, el IoT nos permite gestionar la creciente demanda de vehículos eléctricos y, al mismo tiempo, mantener la estabilidad de la red.

Reducción del tiempo de inactividad

Sin una conectividad fiable, los sensores de los puntos de recarga no podrán comunicarse con la red, lo que significa que los conductores de VE se quedarán frustrados y la credibilidad del CPO se verá dañada. Básicamente, para que los dispositivos IoT funcionen, tiene que haber disponibilidad de red y una conexión estable y permanente. La tecnología celular es la opción preferida, debido a su presencia en lugares donde probablemente se instalarían puntos de recarga de VE, como escuelas, aparcamientos, hospitales, garajes de oficinas, etc. Los tiempos de inactividad o una conectividad deficiente pueden costar a las marcas tanto ingresos como reputación.

Seguridad

Las estaciones de recarga habilitadas para IoT deben hacer algo más que facilitar un intercambio fluido de energía entre los vehículos eléctricos y la red, o incluso de información entre los clientes y el punto de recarga. También hay que tener en cuenta la seguridad, porque a medida que crece el número de vehículos eléctricos y se amplía el ecosistema del VE, crece también la superficie de ataque. Mírelo de esta manera: si un pirata informático es capaz de inutilizar todos los cargadores de VE conectados a la misma red, sería el equivalente a una escasez de gas. La seguridad también es crucial para la privacidad de los clientes, como sus datos bancarios. La ventaja de la conectividad IoT celular son sus medidas de seguridad integradas que protegen los datos y la información sensible, ofreciendo una cobertura fiable y segura, independientemente de la ubicación.

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