El consumo de energía crece cada año, y la AIE (Agencia Internacional de la Energía) predice que la demanda mundial de energía aumentará más de un 35% en las próximas dos décadas. Pero mientras las empresas energéticas se apresuran ya a satisfacer tanto la demanda actual como el aumento previsto, la IoT se está implantando cada vez más para hacer un uso más eficiente de los recursos energéticos.
El IoT está ayudando a las empresas energéticas a utilizar mejor sus recursos. Los contadores inteligentes conectados a una red energética inteligente permiten a las empresas gestionar más eficazmente la energía en los edificios. Las ciudades, que seguirán enfrentándose a los retos de la rápida urbanización, están desarrollando plataformas unificadas que incorporan contadores inteligentes de electricidad, agua y gas. En concreto, la IO permitirá a las ciudades y a las industrias de servicios públicos hacer más eficiente el consumo, mientras que en las zonas más rurales la IO puede utilizarse para atajar uno de los mayores problemas: el despilfarro de agua en la agricultura.
Todo, desde la electricidad al agua, pasando por el alcantarillado, cae bajo el paraguas de los servicios públicos.
Beneficios
- Eficiencia energética
Gracias a un mejor control del consumo de energía, las empresas de servicios públicos pueden reducir significativamente los residuos, lo que supone un ahorro de costes y un impacto positivo en el medio ambiente.
- Ahorro de costes
Hablando de ahorro de costes, las soluciones IoT conllevan una reducción de los gastos de mantenimiento y funcionamiento, así como una mejor utilización de los recursos humanos.
- Fiabilidad
Sólo en Estados Unidos, los cortes de suministro cuestan a las empresas energéticas unos 150.000 millones de dólares al año, y aproximadamente el 25% de ellos se deben a fallos de los equipos. Mediante el uso del mantenimiento predictivo y la supervisión en tiempo real, los sistemas conectados son mucho más estables y fiables.
- El poder de los datos
Los datos de los sistemas energéticos conectados ofrecen información en tiempo real, así como la posibilidad de encontrar patrones y aplicar estrategias a más largo plazo.
Redes inteligentes
Gracias al auge de la energía solar y otras tecnologías sostenibles, la energía está cada vez más distribuida. La capacidad solar en zonas residenciales ha experimentado un rápido crecimiento en los últimos años y, según algunos informes, podría triplicarse para 2025. El resultado es que tanto los propietarios de viviendas como las empresas pueden ahora generar su propia electricidad mediante paneles en los tejados. Algunos incluso utilizan pequeñas turbinas eólicas en sus propiedades. Estos y otros avances suponen un cambio importante para las empresas energéticas porque, además de sus propias instalaciones, tienen que gestionar el creciente número de recursos energéticos repartidos por la red.
La tecnología IoT es fundamental para permitir la transformación de la energía distribuida mediante la detección de cambios en la oferta y la demanda de electricidad. Los sensores IoT y los datos generados proporcionan a los operadores los conocimientos y la información que necesitan para reaccionar rápidamente a los cambios y gestionar la demanda con mayor precisión. Los sensores colocados en subestaciones y líneas de distribución pueden proporcionar datos de consumo eléctrico en tiempo real que pueden utilizarse para tomar decisiones sobre la configuración de la red y la conmutación de cargas. También pueden enviar alertas sobre cortes, lo que a su vez significa que los operadores pueden cortar rápidamente la corriente a las líneas dañadas, evitando numerosos peligros, como electrocuciones e incendios. El mantenimiento predictivo también reduce costes y permite un uso mejor y más seguro de los recursos humanos.
Además, la tecnología IoT proporciona más y mejor información a los clientes sobre su consumo de energía. Los contadores inteligentes recogen datos sobre el consumo y los envían tanto a las empresas de servicios públicos como a los clientes. Los dispositivos inteligentes de los hogares y los edificios comerciales pueden medir el consumo de energía de los distintos aparatos, identificar el despilfarro y promover un uso más racional de los recursos.
Gestión del agua
Todos sabemos que no debemos dejar correr el agua mientras nos lavamos los dientes o poner el lavavajillas si sólo está medio lleno, pero el despilfarro de recursos como el agua continúa a un ritmo asombroso. Aunque menos del 1% del suministro mundial de agua es agua dulce segura y disponible para beber, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo afirma que la escasez de agua se debe principalmente a una mala gestión. Se prevé que más de la mitad de la población mundial sufrirá escasez de agua en 2025, pero IoT puede ser un factor clave para invertir esta tendencia.
La conservación es un área clave cuando se trata de la gestión del agua, sobre todo cuando hablamos de zonas urbanas, donde el seguimiento del consumo de agua puede resultar complicado. La tecnología IoT aporta transparencia y un mayor control a toda la cadena de suministro de agua, lo que permite optimizar su tratamiento, producción, distribución y consumo.
Los sensores pueden medir la calidad del agua bruta de captación, así como la composición química del agua tras su tratamiento y las aguas residuales. Pueden seguir la evolución de las cantidades en el depósito de almacenamiento, la presión en las tuberías de distribución, las fugas y el desgaste de los equipos que procesan y distribuyen el agua a los usuarios finales. Los datos generados por los sensores revelan información clave sobre las condiciones cambiantes de los recursos hídricos y los equipos, lo que permite tomar medidas correctivas basadas en datos y a demanda. Los sensores también pueden hacer un seguimiento de los patrones de uso. Todos estos factores permiten ahorrar dinero, recursos, mano de obra y, en general, una gestión más inteligente del agua.
La agricultura y los sistemas de riego derrochadores suponen hasta el 70% del consumo mundial de agua y, según el Foro Mundial del Agua, gran parte de esa cantidad procede del derroche. Esto se debe a que el proceso de riego sigue un programa automático, independientemente de las condiciones meteorológicas o de la humedad presente en el suelo. Mediante el uso de datos recogidos por sensores IoT sobre el terreno, que proporcionarán información sobre las condiciones meteorológicas, la humedad del suelo y otros factores, se puede racionalizar el riego y utilizar solo la cantidad de agua adecuada en el momento oportuno.
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